Angry Beer

Angry Beer

Estacionar el carro frente a la casa,  se siente como la victoria más importante después de soportar una día mas de pelear contra la vida. No debería de pensar así, eso es lo que me dice mi esposa, pero yo en este momento no puedo pensar de otra manera, desde que me levante estoy luchando, y no estoy luchando contra algo, simplemente estoy en una constante competencia con las cosas cotidianas, ganarle al reloj de entrada del trabajo, ganarle el parquéo a mis compañeros,  aguantar la comida insípida de la cafetería, aguantar las bromas pesadas de mis compañeros, ignorar sus chismes y chistes malos, pelear con mi jefe sin dejar de sonreirle y luego cuando al fín termina la jornada de labores y puedo ser libre, tengo que hacer una hora de cola en el carro para poder llegar mi casa, estar con mi familia 2 horas y luego dormir, para empezar todo de nuevo.  si eso no es pelear con la vida, no sé como llamarle.

De lo único que tengo ganas ahorita es de tomar una cerveza, voy a la refri y saco un tarro frio del  congelador y luego me sirvo una cerveza, me la tomo primero rápido y luego despacio, siento lo amargo en el fondo de mi paladar y  la burbugeante espuma en mi boca, me recuesto en mi sillón preferido y pongo la televisión, busco un programa sin sentido que me haga reir, empiezo a sentir el efecto relajante de mi buena amiga que me da su terapeutico efecto adormecedor, mientras llena mi estomago vacía mi mente y por primera vez en el día me río de verdad.

Hay días que se me olvida respirar, que solo tomo el aire para sobrevivir pero no estoy respirando.  Días en los que voy conduciendo el carro el carro pero no voy avanzado,  que se me olvida disfrutar de la comida y de molestar con mis amigos de trabajar para vivir y no vivir para trabajar, días en los que solo una cerveza me hace reaccionar.



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